viernes, 9 de febrero de 2007

Jarrai, Haika y Segi, más allá de la criminalización

Por Juan Ibarrondo, escritor y periodista, miembro del Consejo de Redacción de www.eutsi.org

Los medios de comunicación españoles, con honrosas excepciones, nos tienen acostumbrados a realizad análisis superficiales y a lanzar opiniones, que más bien parecen anatemas, sobre la izquierda abertzale en general y las organizaciones juveniles independentistas vascas en particular.
Decía Mike Davis, refiriéndose a las bandas de negros y latinos de Los Ángeles,, que una de las características de la estrategia antiterrorista es negar la palabra a los supuestos terroristas y construir un discursos criminalizador sobre "locos sanguinarios" o "degenerados criminales irrecuperables".
Sin embargo, cuando se les da la palabra son capaces de construir un discurso coherente con reivindicaciones como acceso a la vivienda, trabajo digno para los jóvenes o control comunitario de los barrios. Las organizaciones juveniles vascas como Jarrai, Haika o Segi no tienen nada que ver con esas bandas, pero no perdamos de vista que la criminalización de las expresiones políticas de la juventud afroamericana dió lugar a su desesperación y, a resultas de ésta, al surgimiento de expresiones de descontento y de violencia gratuitas, parecidas a las que en España se están empezando a conocer, algunas muy recientemente.






A lo largo de los años, a causa de mi actividad en distintos movimientos sociales, he tenido relación con jóvenes de estas organizaciones, relaciones a veces de discusión ideológica y a veces de confluencia en objetivos comunes. No soy en eso ninguna excepción, porque, la primera reflexión que podemos hacer sobre Jarrai y sus sucesores es su innegable importancia dentro del tejido social en Euskal Herria. Con sus altibajos, esas organizaciones han sido, y todavía son sin duda alguna, los grupos juveniles organizados más numerosos del país. Muy por encima de las sucursales juveniles de partidos mayoritarios como el PNV o el PSOE. Una de las claves para entender esa hegemonía política dentro de la juventud vasca organizada es es precisamente la autonomía (relativa pero real) frente a sus mayores, ya que han tenido históricamente voz propia dentro de la izquierda abertzale. Otro de los elementos para entender ese éxito es la capacidad para transformar su discurso según cambia la sociedad vasca; por ejemplo cuando pasaraon de apoyar la insumisón tras mantener posturas contrarias a esa estrategia, o con la entrada masiva de mujeres que incorporan el debate feminista, criticando así el machismo militante propio de ciertas izquierdas; o en el tema las drogas, aun con todas las contradicciones y problemas que ese tema ha causado en sus filas.
Jarrai, más tarde Haika y después Segi, a pesar de las sucesivas ilegalizaciones, han sabido mantenerse en contacto con las nuevas políticas que llegaban a Euskadi (especialmente la música) y han realizado un gran esfuerzo de autoformación. Han organizado cientos de cursos sobre temas como la vivienda, la precariedad, las drogas, el sexo, el patriarcado, la cultura, la historia... que les han fortalecido. También muchas fuestas y conciertos. Han estado presentes en casi todas las fiestas de pueblos y ciudades mediante la instalación de txoznas que han contribuido a su financiación. Han tenido un papel importante en el movimiento de centros sociales juveniles ocupados (gaztetxeak) junto con otros sectores políticos (a veces con relaciones complicadas). En momentos puntuales han sido capaces de realizar movilizaciones masivas, y en sus topaguneak (encuentros) han participado miles de jóvenes a lo largo de estos años; acampadas masivas y marchas montañeras les son también significativas.
Me viene a la memoria la paciencia de un militante de Jarrai explicando a un hooligan de cierto equipo vasco que las expreisones racistas no eran de recibo en los campos de fútbol de Euskal Herria. Sí, los jovenes a los que ahora se acusa de terroristas (cosa a todas luces falsa) han tenido un papel positivo como parte de crítica de nuestra sociedad.

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